Con la primavera de nuevo encima vuelve para muchas personas el gran problema de esta estación: la alergia al polen.
Nariz taponada, picores, lagrimeo, estornudos y demás síntomas de la alergia al polen que, aunque no suelen ser graves, si son lo suficientemente molestos para no dejar disfrutar plenamente de esta estación.
Y en algunos casos sí son tan fuertes como para impedir visitas al campo. O incluso a parques, con personas que presentan cuadros de crisis asmáticas fuertes, que tienen que permanecer la mayor parte del tiempo en lugares cerrados durante esta temporada.
Desgraciadamente la rinitis alérgica es un problema cada vez más extendido, aparece a edades cada vez más tempranas e incluso se presenta, cada vez más, en épocas distintas a la primavera.
¿Pero porqué la alergia al polen es cada vez más y más frecuente?
Creo que el origen de las alergias, tanto la alergia primaveral como todas las demás alergias, está en la exposición cada vez mayor de nuestra sociedad a productos químicos artificiales que producen inflamación en el cuerpo. Y como estos están por todas partes: aire, alimentos, productos de limpieza, cosméticos, etc, parece un problema difícil de erradicar.
En este caso como en muchos otros, sobre todo en enfermedades crónicas, la medicina occidental no ofrece soluciones muy satisfactorias.
Hay vacunas que a algunas personas si les van bien pero a otras no les hace nada. Y, si no, medicamentos para paliar los síntomas: broncodilatadores, gotas para los ojos, antihistamínicos.
Todo esto puede ser necesario en momentos de crisis agudas pero a largo plazo no parece ser muy efectivo.
Entonces ¿Hay algo que se pueda hacer para mejorar la alergia al polen?
¡La respuesta es sí!
Se puede trabajar para disminuir la inflamación y regular el propio organismo para que sea este el que luche contra la alergia al polen en lugar de hacerle depender de sustancias ajenas al cuerpo. Estas, por otro lado, son también productos químicos artificiales que se suman a los demás y que a la larga, contribuyen a hacer el problema más grave.
Para disminuir la inflamación y regular el organismo contamos con cuatro pilares:
1 – Acupuntura.
Esta es una herramienta espectacular a la hora de regular el organismo. Con acupuntura se puede incidir directamente sobre la energía que circula por el cuerpo. Según la medicina china, cuando el flujo energético es armónico en el organismo, este tiene la capacidad de reaccionar favorablemente ante cualquier agresión mediante sus propios medios.
Aunque la exposición a productos químicos no desaparece, un organismo regulado, y por tanto sano, fuerte, tiene muchas más posibilidades de aguantar la agresión de los productos químicos y no desarrollar alergias, ni al polen ni a otras sustancias.
2- Alimentación.
Habría que comprobar si se están tomando muchos productos inflamatorios: muchos problemas de salud, incluidas las alergias, tienen su origen en una inflamación crónica del cuerpo. Eliminando los productos que inflaman, ayudamos muchísimo a mejorar la alergia (ya sea al polen u otras alergias) y además mejoramos en otros problemas que se pudieran estar presentando.
3 – Suplementación.
Otro factor que habría que tener en cuenta es la suplementación con oligoelementos y vitaminas que pudieran estar faltando y que son responsables de muchos problemas de salud. Hoy en día, la mayoría de la población sufre de deficiencias nutricionales de elementos como magnesio o vitamina D y estas deficiencias son el origen de muchos trastornos de salud.
4 – Regular la microbiota
Por último sería fundamental eliminar organismos patógenos del tracto intestinal para regular la microbiota. Prácticamente toda la población sufre de disbiosis intestinal: los intestinos están colonizados por multitud de organismos patógenos, bacterias, hongos, parásitos y virus que no deberían estar ahí, o que deberían estar en mucha menor proporción y que ocupan el lugar de la flora intestinal sana. Estos organismos patógenos causan multitud de problemas de salud y las alergias son uno de ellos.
Por tanto, yo propondría trabajar en dos frentes:
1 – Regular el organismo para que sea capaz de luchar por sí mismo contra la alergia.
Este es un objetivo a más largo plazo. Si se consigue regular completamente el organismo la alergia desaparece. Los cuatro pilares a trabajar son los que ya he comentado:
1 – Acupuntura
2 – Alimentación
3 – Suplementación
4 – Regulación de la microbiota
2 – Trabajar para paliar los síntomas de la alergia.
Según cuáles sean éstos: picor, estornudos, ojos llorosos, nariz taponada, etc, se puede trabajar con los meridianos que corresponden a cada síntoma y con puntos concretos que tienen acciones específicas para disminuir todo lo posible los síntomas que están activos en ese momento.
Este objetivo es a más corto plazo.
Los síntomas van a disminuir en pocas sesiones pero, si no cumplimos el objetivo a más largo plazo de regular el organismo, es probable que la alergia al polen no desaparezca por completo y vuelva más adelante.
En realidad ambos objetivos están unidos.
Si se empieza a trabajar con acupuntura y se hace un tratamiento consecuente, aunque se hagan sesiones en las que hagamos hincapié en disminuir los síntomas que está ocasionando la alergia, lo cual puede ser necesario si estos son muy fuertes, el organismo va a empezar a regularse por lo que ya estamos cumpliendo los dos objetivos.
No obstante hay que ser consecuente y hacer un número suficiente de sesiones si lo que queremos es eliminar la alergia al polen ya que, si se abandona el tratamiento en cuanto los síntomas disminuyen, lo más seguro es que estos vuelvan a aparecer porque con pocas sesiones normalmente no es suficiente para que los cambios se hayan asentado.
¿Y cuantas sesiones voy a necesitar para tratar mi rinitis alérgica?
¡Esta es la pregunta cuya respuesta todo el mundo quisiera tener!
Pero hay que saber que es imposible decir un número concreto de sesiones ya que hay muchos factores que van a influir en los resultados.
Entre otras cosas la intensidad de la alergia y el tiempo que se lleve con ella.
Por supuesto no es lo mismo si se lleva con la alergia una o dos temporadas que si se lleva toda la vida. El primer caso normalmente será mucho más fácil de regular que el segundo.
No obstante, y según mi experiencia, lo normal es que con pocas sesiones se puedan apreciar cambios evidentes.
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